viernes, 16 de abril de 2010

ALGO SOBRE FUTBOL

En estos días en que gran parte de los argentinos se sienten un poco técnicos de futbol y/o jugadores retirados que podrían haber hecho esos goles que se erran o se pierden día a día, es bueno recordar que el Futbol, como todos los deportes, requiere ser practicado en ambientes adecuados, ya sea canchas cubiertas o simples potreros bien delimitados. Sin salir del tema, y para ilustrar lo que digo, recuerdo ahora una vez que, en un hospital, me encontré de frente con un viejo amigo. Él apenas caminaba, ayudado con muletas, y estaba totalmente enyesado desde la cintura hasta su pie derecho.
-      ¿Qué te pasó? – le pregunté, asustado.
-      Es largo de contar… un accidente – contestó.
-      ¿Un accidente? ¿Con el auto? – pregunté.
Él se apoyó contra la pared y dijo:
-      No, fue jugando al futbol.
-      ¿Eso te hicieron de una patada? – pregunté.
-      No, esperá que te cuento del principio… Teníamos que jugar con los del barrio de enfrente. Pero ellos elegían el lugar. Cuando llegamos, la canchita que habían elegido estaba en medio de un rancherío, no estaba alambrada y adentro había chicos, perros, patos, gallinas y todo bicho que se te ocurra. Los corrimos a todos de la cancha y empezamos a jugar con ese público tan especial. A los pocos minutos me mandaron a patear un córner. Fui con la pelota hasta donde suponía que estaba la esquina de la cancha y la acomodé en un bordito. Mientras tanto mis compañeros se ubicaban frente al arco. Me alejé unos cinco metros y tomé carrera. Y ahí fue…
-      ¿Qué pasó? – pregunté.
-      Justo que estoy por patear se me cruzó un chancho.
-      ¿Un chancho?
-      Sí, un chancho de unos cien kilos. Salió de entre los yuyos. Le pegué la patada a él, al chancho. Me quebré la tibia, el peroné y el fémur – dijo señalándome el yeso.
-      Me imagino el dolor – le dije arrugando la cara.
-      No, esto no es nada – dijo él -, el que está jodido es el que cabeceó el chancho.


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